La tarde del 5 de enero apenas se congregaron en La Plaza un puñado de personas para recibir a los Reyes Magos. Sus majestades se asomaron por los balcones del ayuntamiento, dijeron unas palabras, presenciaron los fuegos artificiales y caminaron hasta la iglesia para hacer entrega de los regalos. A diferencia de lo que venía ocurriendo hasta ahora, este año no hubo cabalgata y los niños tuvieron que conformarse con la pólvora, que ya ha dejado de ser una novedad. Pequeños y mayores no tardaron en responder: mientras los Reyes y la alcaldesa saludaban desde el balcón, un minúsculo grupo de vecinos protestó pidiendo “cabalgata”. Después, varias personas han transmitido a este periódico su enfado por los cambios de estas Navidades.

Cabalgata de Reyes celebrada en Priego en las Navidades de 2011.
Las cabalgatas de otros años eran organizadas entre el cura y varios vecinos, pero en esta ocasión la Iglesia nada ha tenido que ver. Según explica a este periódico el párroco de Priego, Francisco Martínez, él estaba dispuesto a ayudar, sin embargo, la alcaldesa le dijo que “ella se ocupaba de todo”. Preguntada por esta cuestión en el Pleno del 9 de enero, Azucena Redruello explicó que no hubo cabalgata porque nadie se ofreció a colaborar con sus tractores.